¿Hasta dónde se conoce a una persona?
Permítanme ponerme un poco filosófica y trascendental… Este último mes, ha sido algo complicado (por llamarlo de alguna manera) en lo que respecta a uno de mis entornos más inmediatos.
Las complicaciones, lejos de irse arreglando, han ido empeorando casi por minutos.
Se dice que en momentos de adversidad, uno sabe y valora la verdadera amistad, en definitiva, que cuando uno lo pasa “jodido”, es cuando de verdad se da cuenta de quién es y quién no un/a verdadero/a amigo/a.
Si todo esto es cierto, ¡que chungo está el mundo carajo!
Mi cotutor (D Marcos), siempre me ha recalcado la diferencia entre un compañero de trabajo y un amigo. Y últimamente, se empeña mucho, mucho en recalcarme la diferencia entre un compañero y un “presunto” compañero…
Me molesta en mi orgullo propio, darle la razón porque ilusa de mí, aún creía en la humanidad, en la justicia, en definitiva en las personas…
Puede ser que esté pecando de pesimista pero, cuantas decepciones juntas, cuanto desengaño junto, y sobre todo, cuanta persona desconocida o mejor explicado, cuanta reacción desconocida de personas que sí creía conocidas…
¡Un rollo! ¿no? Todo lo que puedo contar es que he sido semi-testigo de cómo se ha manipulado a un gran grupo de personas (y como ellos se han dejado manipular, por supuesto) para calumniar y levantar falsos testimonios de otra. ¿La razón? Se me ocurren varias: la prepotencia, el ansia de poder, los complejos varios… en definitiva, las miserias humanas que todos, en mayor o menor medida acarreamos.